La plica sinovial es un pliegue de la membrana sinovial y una de las entidades que integran el síndrome doloroso anterior de la rodilla. Debido a lo complejo de este síndrome algunos autores lo denominan como uno de los agujeros negros de la especialidad de Ortopedia y Traumatología. La plica sinovial de la rodilla puede llegar a estar presenta hasta en el 70 % de la población general y en un 10 % de todas las artroscopias realizadas en esta articulación. El diagnóstico se basa en tres pilares; el clínico, imagenológico y artroscópico. La plica sinovial se clasifica según su relación con la rótula en suprapatelar, infrapatelar, lateral y mediopatelar, esta última es la que desencadena más síntomas y signos. El dolor es el síntoma más encontrado y se caracteriza por estar localizado en la zona anterior y medial de la rodilla es de tipo intermitente, sordo y se incrementa con la actividad física. El aumento de volumen es el signo más frecuente en pacientes con plica sinovial de la rodilla. Las maniobras que aportan mayor confiabilidad en el diagnóstico clínico son las descritas por Stutter y Hugston. Los exámenes imagenológicos son de gran ayuda para confirmar el diagnóstico de plica sinovia y entre ellos encontramos el ultrasonido de alta definición y la imagen de resonancia magnética. La artroscopia es útil para confirmar la plica sinovial y realizar el tratamiento definitivo de la misma. Existen un grupo de entidades con síntomas y signos similares de pacientes con plica sinovial que a la vez pueden estar asocias como: lesiones de menisco, mala alienación patelofemoral, entre otras. El tratamiento puede ser de tipo conservador o quirúrgico este último llevado a cabo mediante la vía artroscópica. Las complicaciones más encontradas por esta entidad es el daño severo del cartílago articular y la artrosis precoz del compartimento femorotibial medial.